En este artículo te contamos en detalle qué es un contrato de alquiler temporal y qué necesitas saber para alquilar tu vivienda habitual.
El alquiler temporal es una modalidad de arrendamiento de viviendas cada vez más común en España gracias a la flexibilidad que ofrece. Antes de alquilar tu vivienda, descubre qué es un contrato de alquiler temporal, cómo funciona y cuáles son los derechos y obligaciones tanto del inquilino como del propietario.
El alquiler temporal es una opción a medio camino entre los contratos de alquiler tradicionales de larga duración y los alquileres turísticos de corta estancia. Contrato de arrendamiento temporal es un contrato de alquiler de una vivienda por un tiempo determinado o por un motivo concreto, como puede ser vacaciones, trabajo, docencia, temporada de esquí etc.
Para que un alquiler temporal sea considerado como tal, debemos tener en cuenta las siguientes cuestiones:
En España, existen tres tipos principales de alquiler de viviendas: el alquiler temporal, el alquiler de larga duración y el alquiler turístico. Cada uno de ellos tiene características y regulaciones específicas que te contamos a continuación:
Contrato de alquiler temporal: es un contrato de arrendamiento de una vivienda por un tiempo determinado y por un motivo concreto. La duración de este tipo de contratos puede variar desde un mes hasta varios años, y no hay una duración mínima o máxima establecida.
Alquiler de larga duración: se trata de un contrato de arrendamiento de una vivienda para su uso como residencia habitual. La duración mínima de este tipo de contratos es de 5 años si el propietario es una persona física y 7 años si es una persona jurídica. Tras el plazo inicial, el contrato se prorroga automáticamente por periodos anuales hasta un máximo de 3 años más.
Alquiler turístico: los contratos de alquiler turístico corresponden al arrendamiento de una vivienda amueblada y equipada para su uso inmediato por turistas. Este tipo de alquiler se caracteriza por ser de muy corta duración y normalmente se prolonga solo unas semanas. Pudiendo ser incluso, en algunos casos, improrrogable.
Tal y como indicábamos anteriormente, en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), se recogen todos los detalles relativos a este tipo de alquileres. Sin embargo, estos son algunos requisitos habituales para alquilar una casa mediante contratos de alquiler temporal en España:
Identificación de las partes: el contrato debe incluir los datos personales del propietario y del inquilino, como sus nombres, apellidos, números de identificación y direcciones.
Descripción de la vivienda: el contrato debe incluir una descripción detallada de la vivienda, incluyendo su ubicación, dimensiones, características y servicios.
Duración del contrato: el contrato debe especificar la duración del alquiler temporal, incluyendo la fecha de inicio y la fecha de finalización.
Precio y forma de pago: el contrato debe establecer el precio del alquiler y la forma en que se realizarán los pagos.
Distribución de los gastos: el contrato debe indicar con claridad cómo se distribuirán los gastos de servicios como la electricidad, el agua o el gas, entre el propietario y el inquilino. Estos gastos también podrían estar incluidos en el precio mensual acordado del alquiler.
Gastos de reparación: generalmente, por ley, el propietario es responsable de los gastos de reparación causados por un “uso normal”, mientras que los daños causados directamente por un uso indebido de la vivienda serán responsabilidad del inquilino.
Motivos del alquiler: aunque no sea de obligado cumplimiento, sí es recomendable establecer la razón principal por la que se da el contrato de alquiler temporal en cuestión.
Depósito o fianza: se recomienda indicar la fianza depositada por el inquilino al inicio del contrato como garantía del cumplimiento de sus obligaciones
Seguro de alquiler: se podrá también acordar la contratación de un seguro de alquiler que ofrezca protección tanto a propietario como al inquilino frente a impagos, daños en la vivienda o incumplimiento de obligaciones entre otras cuestiones.
Causas de resolución del contrato: El contrato debe establecer las causas por las cuales el contrato puede ser resuelto antes de su fecha de finalización, como el impago del alquiler o el incumplimiento de alguna de las obligaciones establecidas.
En España, el alquiler temporal está regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) en su Título III. Esta ley establece las normas y requisitos para los contratos de arrendamiento de viviendas, incluyendo los contratos de alquiler temporal. La LAU también establece las obligaciones y derechos tanto del inquilino como del propietario en un contrato de alquiler temporal.
Derechos del inquilino: bajo un contrato de alquiler temporal, el inquilino tiene derecho a habitar la vivienda durante el período acordado. La persona arrendataria también estará protegida por la Ley de Arrendamientos Urbanos y el Código Civil, los cuales otorgan derechos relativos a la privacidad, la habitabilidad y la no discriminación por parte del propietario.
Derechos del propietario: el propietario también goza de distintos derechos específicos correspondientes a la firma de un contrato de alquiler temporal. Estos incluyen el derecho a recibir el pago del alquiler puntualmente, así como la obligación del inquilino de cuidar la propiedad durante su estancia. Igualmente, los derechos del propietario estarán regulados por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y el Código Civil.
Es importante tener en cuenta que la legislación sobre alquiler temporal puede variar entre las diferentes comunidades autónomas y municipios, por lo que es recomendable consultar la normativa local antes de firmar un contrato de alquiler temporal.
Sí, el inquilino puede abandonar la vivienda antes de tiempo en un contrato de alquiler temporal en España. Sin embargo, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece que si el inquilino abandona la vivienda antes de la fecha de finalización del contrato, el propietario puede exigir una indemnización por los daños y perjuicios causados. Esta indemnización se calcula en función del tiempo que queda hasta la fecha de finalización del contrato y del importe del alquiler.
El alquiler temporal de una vivienda en España está sujeto al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esto significa que el propietario deberá declarar los ingresos obtenidos por el alquiler en su declaración de la renta y pagar el impuesto correspondiente.
La tributación del alquiler temporal de un piso varía dependiendo de si el propietario es una persona física o jurídica. Si el propietario es una persona física, los ingresos obtenidos por el alquiler se consideran rendimientos del capital inmobiliario y se deben incluir en la base imponible del ahorro. En este caso, el propietario puede deducir ciertos gastos relacionados con el alquiler, como los intereses de préstamos hipotecarios, los gastos de reparación y conservación o los gastos de administración.
Desde el prisma de un propietario, la ejecución de un contrato de alquiler temporal tiene una serie de ventajas y desventajas.
La principal ventaja de este tipo de contratos, y por la que la mayoría de los propietarios se decantan por ellos, es la flexibilidad. Un contrato de alquiler temporal te permite alquilar tu vivienda por un tiempo determinado y por un motivo concreto, brindándote más flexibilidad para adaptarte a tus necesidades y planes sin comprometerte a un contrato de larga duración.
Como propietario en un contrato de alquiler temporal, debes tener en cuenta gastos adicionales en los que puedas incurrir derivados del propio arrendamiento y las regulaciones regionales o municipales implícitas a los mismos.
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Este es un artículo meramente informativo. Para mayor seguridad, consultar con un abogado especializado o con las autoridades competentes.
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